sábado, septiembre 27, 2025
MonografíasRoberto Eibenschutz Hartman

Roberto Eibenschutz:

Entre la Academia, la Profesión y la Política.

La vida de Roberto Eibenschutz resulta ejemplar en más de un sentido. Lo que sigue es una invitación a pensar en su papel como mediador en la relación entre la planeación territorial (como profesión), la política y la academia. Comienzo por las dos últimas, recordando que, en la década de 1970, la relación entre la academia y la profesión

era, por decir lo menos, compleja. Para muchos profesionistas, sobre todo si eran servidores públicos, la academia era una torre de marfil alejada de “la realidad”, que no producía un conocimiento relevante. Por su parte, para muchos académicos la realidad estaba en otra parte, casi siempre en procesos estructurales de larga duración que incluso escapaban a la comprensión de los funcionarios.

Cada uno veía realidades distintas y para todos era difícil reconocer que eran portadores de una mirada limitada. Y había momentos en los que el conflicto parecía irreconciliable. Quienes desde la academia seguían los liderazgos dominantes, encontraban difícil colaborar con un gobierno que no fuese revolucionario. Por su parte, para quiene estaban en el ejercicio de la profesión, era difícil encontrar alguna utilidad en la tesis de la urbanización capitalista y sus variaciones. Parecía que ambas partes tenían que claudicar para poder colaborar.

No hace falta entrar en las complejidades de la relación entre la academia y la profesión, pero, para cierta izquierda universitaria era necesario inventar argumentos ad hoc para colaborar con el estado y eso parece hoy una posición penosamente heroica. Pero lo cierto es que entonces muchos la vivían como un dilema real. Por eso, era justo entonces cuando se requería de un liderazgo que pusiera orden en el campo y fue Roberto uno de los pocos que asumieron ese papel.

Quienes colaboramos con él en el arranque de la Secretaría de Asentamientos Humanos y Obras Públicas (SAHOP), entre 1977 y 1978, pudimos observar su capacidad de reclutar a lo mejor de la academia para ponerlo al servicio de la profesión, al tiempo que apaciguaba al sector más conservador de esta última, que se resistía a abrirse a lo que venía de las universidades. Y es que él era capaz de pisar fuerte en ambos terrenos.

Cuando encabezó la creación de la carrera de Diseño de los Asentamientos Humanos en la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), ya contaba con una amplia experiencia profesional en el campo, sobre todo en el Instituto AURIS del Estado de México.

Eran, por cierto, los tiempos de la primera reforma política. Mientras trabajábamos bajo su liderazgo en el primer Plan Nacional de Desarrollo Urbano, nos enterábamos de las pláticas en la Secretaría de Gobernación, donde se abría la posibilidad de que fuesen legalizados partidos hasta entonces vetados. Todavía no sabíamos que eso sería el arranque de lo que se llamaría transición a la democracia, pero nadie podía ocultar que, por lo pronto, trabajábamos para un régimen autoritario. Cada uno se hacía cargo del significado político de eso, pero la integridad moral y la capacidad de Eibenschutz hacían que la experiencia valiera la pena. Finalmente, elaborar planes era, todavía, sinónimo de pensar el futuro.

Muchos años después, al frente del Programa Universitario de Estudios Metropolitanos de la UAM, Roberto seguiría fomentando un diálogo productivo entre la academia y la profesión. Hoy ese diálogo es fluido y seguramente eso fue posible, también, porque muchas personas en la academia aceptamos gustosos las oportunidades que se nos abrieron en la administración pública; ésta no ha dejado de tener puertas revolventes gracias a la falta de un servicio civil de carrera debidamente consolidado. Pero no hay que olvidar que, en su momento, lo que había era un diálogo de sordos y que Roberto Eibenschutz jugó un papel importante en su reconfiguración. También fue ejemplar en la relación de la profesión con la política, que es una relación diferente, con sus propias ambigüedades. Ahí la profesión no está enfrentada con la academia sino, al contrario, aparece apoyada en su formación académica, frente a un mundo que le resulta hostil e incomprensible: el de la política. Es un asunto cotidiano con el que tiene que lidiar cualquier experto al servicio del estado. Meses de estudio y deliberación para preparar una propuesta de política (en el sentido de policy), suelen verse arruinados por una decisión, que siempre parece arbitraria, que viene del mundo de la política (en el sentido de politics). Aunque a veces la ingenuidad es enorme, es un malestar sincero el que padece el profesionista experto en planeación frente a la política.

Más allá de la experiencia cotidiana, hay momentos en que la relación entre la profesión y la política cambia de sentido. Y eso le ocurrió a Eibenschutz en 1987, cuando decidió renunciar a la administración pública para sumarse al movimiento encabezado por Cuauhtémoc Cárdenas. Todo había pasado en muy pocos años: después de jugar un papel relevante en la SAHOP y de dirigir con gran éxito el FONHAPO a principios de la siguiente administración, decidía romper con el gobierno por una convicción que hoy resulta ejemplar. Supo entonces sacrificar la profesión en aras de la política, en un movimiento que resultó fundamental para consolidar la transición a la democracia. Ese es acaso el gesto más ejemplar de su trayectoria personal.

Hoy el panorama político, tanto para la academia como para la profesión, es muy distinto, pero supone un dilema parecido al que vivió Eibenschutz. En particular, y para decirlo suavemente, la vida constitucional donde se despliega la planeación territorial (sobre todo en lo que se refiere a la división de poderes y al federalismo), tiene un futuro incierto.

Es difícil saber cuál será el papel del Poder Judicial en las controversias entre los poderes, así como el de los congresos locales frente a la legislación federal. Por ello, muchas y muchos profesionistas vivirán, si no es que ya están viviendo, un dilema similar al de los inicios de la SAHOP. El fin de la era de la transición también traerá cambios en el mundo de la academia, pues todo indica que desplegar un discurso crítico de las políticas urbanas ya no será lo mismo. Pero tanto desde la academia como desde la profesión, el ejemplo de Roberto Eibenschutz seguirá ahí, más vigente que nunca.

Topalov, Christian, 2025. La Ciudad: saberes, poderes y lenguaje. Compendio de la obra de Christian Topalov. México: CIESAS. Véase también Amiot, Michel. 1986. Contre; État, les sociologues: éléments pour une histoire de la sociologie urbaine en France, 1900-1980. París: Editions de l’Ecole des hautes études en Sciences Sociales.

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