Algunos conceptos de una Arquitectura para todos de Juan Becerra y Manuel Teja
Iniciamos este escrito con una frase: Arquitectura para Todos. ¿Pero esta expresión que representa? Es un hecho que tal enunciado se ha aplicado hasta hoy de tantas maneras que ha perdido su significado; al presente lo aplican en diferentes intentos de señalar la realización de obras con cierto sentido comercial como objetivo fundamental. Hoy, trataremos de presentar un significado más amplio, aunque no universal, sobre lo que denominamos Arquitectura para todos.
Vemos como la obra de diferentes arquitectos que intentan solucionar los enormes déficits de espacios adecuados que tiene nuestro país, se encuentran con una serie de obstáculos que han distorsionado su labor. El peor de ellos es el de la brutal explotación de los recursos destinados a este fin, sin considerar las condiciones sociales culturales y económicas de los que terminarán siendo sus moradores.
En la actualidad, con la apremiante necesidad de vivienda que hay en el país, existen, según INEGI, más de seis millones de viviendas abandonadas por diferentes motivos, pero lo más significativo son las que están así por un trabajo constructor sin arquitectos, o con la utilización de su trabajo sólo con fines económicos, tratando de sacar el máximo de capital a cada obra, sin importar los resultados.
Así, nos encontramos etapas de enormes calamidades, propiciadas por un sistema que minimizó el trabajo profesional del arquitecto, haciéndolo dependiente del dueño del capital, donde su labor perdió toda significación y solo dominó el valor del dueño del capital y el contrato: Los espacios y servicios urbanos y arquitectónicos, las dimensiones de los locales, los materiales constructivos y de acabados, fueron de la peor calidad.
Por eso consideramos necesario tratar de emprender una nueva época de nuestra arquitectura popular, estableciendo una serie de principios que sean el común denominador de las nuevas realizaciones.
Iniciaremos esta propuesta con una síntesis del trabajo realizado por los arquitectos Juan Becerra y Manuel Teja, hace aproximadamente cincuenta años. Lo que nos motivó a dedicar a ellos este número monográfico de la Revista Calli, donde trataremos dar a conocer sus conceptos, así como los procedimientos de integración de todas las etapas que conlleva la realización de una obra arquitectónica, en la forma que ellos aplicaron estos conceptos y el valor que esto puede tener en la realización de la arquitectura el día de hoy.
Sabemos que es característica principal de esta época, enfrentarse a un mundo cambiante donde en cada momento se presentan situaciones críticas que afectan todos los conceptos y elementos de vida existentes: Hay principalmente dos formas de afrontarlos:
La primera es la de: Dejar hacer, dejar pasar las cosas y buscar salir de ello, lo menos afectado posible utilizando sus herramientas solo para superarse individualmente.
La segunda es la de vislumbrar un mundo mejor en todos los sentidos y tratar, con su trabajo, llegar a él, logrando un beneficio general para la población; este es donde la juventud de México necesita efectuar los mayores esfuerzos participativos, para cambiar las condiciones negativas que se presentan en el país y el mundo.
Por ello el arquitecto, y los organismos donde estos participan, deben, al intervenir en las obras arquitectónicas del país, considerar aspectos, como los siguientes: Anterior al diseño de una obra arquitectónica, es necesario atender: El entorno natural y el social
El mundo natural, es muy importante por lo complejo de los elementos físicos que se deben aprovechar: Las pendientes para el mejor uso de los espacios construidos; utilizar adecuadamente el asoleamiento, las corrientes de aire, el agua de las lluvias; cuidar, conservar y mejorar las zonas arboladas, verdes, los elementos lacustres que puedan existir, etc.
El social, como el espacio que es el influyente tanto en el proceso de construcción como en de la obra terminada y en operación; tanto en los espacios que le son propios como en los compartidos, los urbanos, son la extensión de terreno que incluye los de uso común; Integrar la arquitectura a su medio; utilizar adecuadamente los servicios y elementos urbanos necesarios para la mejor participación urbana.
Sabemos que el planeamiento en general se define como el proceso de elaboración de planes para resolver necesidades, usando los recursos disponibles, basados en el conocimiento racional de las necesidades existentes, en un proceso que parta de delimitar el sector por atender, realizando un inventario de necesidades y de recursos disponibles; programar la realización y desarrollar los planes y proyectos necesarios para llevar a cabo la obra.
Hoy, existen múltiples aplicaciones, incluso en inteligencia artificial, que pueden ser un buen sustento para lograr el máximo aprovechamiento de estas condiciones, en beneficio de la obra específica, así como su participación con su medio urbano, cuando este presenta las condiciones adecuadas para ser parte de él.
En esta ocasión trataremos de versar sobre la visión arquitectónica de Manuel Teja y Juan Becerra sobre la vivienda de tipo social; con procedimientos que son aplicables a cualquier tipo de obra, pero que se enfocan a establecer todo un sistema, donde se integre la industria nacional con la acción constructiva de la arquitectura. Iniciaremos con:
- MÁXIMA FLEXIBILIDAD
Como punto de partida para realizar una buena obra arquitectónica, se plantea buscar, desde el inicio del proceso de realización de la composición arquitectónica, hasta el estudio de sus detalles, la Máxima flexibilidad en los espacios que se producirán; ya que siempre sucede que las necesidades de sus usuarios son variables en el transcurso del tiempo en que utilizan la edificación, por lo que es necesario que la resultante del proyecto sea fácilmente adaptable a las necesidades “cambiantes” de nuestro tiempo.
Un ejemplo: una Familia se inicia con dos personas; al poco tiempo se agranda con los hijos, a tres, cinco o seis miembros, etc.; cuando estos se independizan, el número de miembros se va reduciendo
hasta llegar nuevamente a dos, o solamente a uno. Y los espacios que inician siendo suficientes, poco a poco se requieren nuevos locales, servicios, requiriéndose una ampliación de los existentes. Con el tiempo, estos serán excesivos para sus usuarios, con los consiguientes problemas que esto acarrea.



Esto es solo un ejemplo, pero lo mismo sucede con espacios para el trabajo, oficina, tiendas, talleres, etc. Si no se prevén las modificaciones a los espacios, la necesidad de esos cambios conlleva enormes gastos de recursos y tiempos.


Por ello la máxima flexibilidad resulta fundamental.
2.- ESTABLECER FÓRMULAS GENERALES
Es primordial señalar que en toda obra arquitectónica son múltiples los elementos que resultan con componentes similares y se encuentran en distintos espacios Solamente generalizando los conceptos es posible descubrir el común denominador de las necesidades sociales e individuales, así como sus satisfactores.


Por ejemplo, No nos debe preocupar “diseñar un closet”, sino encontrar la solución sistematizada de éste.

El Modulor de Le Corbusier

El Modulor es una propuesta hecha con las medidas que obtuvo el arquitecto Le Corbusier, parra el diseño y la arquitectura, basado en las medidas del hombre en la proporción áurea. Su intención era la lograr obtener diferentes diseños estandarizados y elementos para la construcción de edificios, así como para su mobiliario

Con el Modulor, los arquitectos Manuel Teja y Juan Becerra establecieron una escala útil, de acuerdo con las medidas de los materiales industriales en México, lo que puede permitir diseñar materiales de obra, de acabados, Cancelería, muebles, etc., con características semejantes y lograr una arquitectura sin desperdicios de materiales y espacios.

- SISTEMA COORDINADOR DE MEDIDAS
MODULARES
Como lo planteamos en el punto anterior, con el fin de organizar, tipificar y hacer intercambiables los elementos constructivos, es indispensable que los arquitectos, constructores y fabricantes, utilicen una “escala única” de medidas que armonice la dimensión de los diseños y la intervención de los sistemas, sin limitar por ello, la imaginación del diseñador; medidas que por su uso cotidiano existen en la mente de técnicos, obreros y artesanos.



Un sistema coordinador de medidas modulares usa un módulo base para coordinar las dimensiones de los diferentes componentes de una obra y permite realizarla adecuada y eficientemente, minimizando los desperdicios y simplificando el proceso de obra. Así, se facilita la producción y montaje de los diferentes elementos
- DISEÑOS INDUSTRIALIZADOS
Sería un aspecto extraordinario que todos los organismos públicos y privados participantes en la realización de edificios públicos, como la vivienda, la ciudad, los edificios escolares; en fin, arquitectura social, se estableciera un solo sistema de producción y aplicación de elementos industrializados que fueran fruto de los mismos sistemas modulares, se tendrían formidables ahorros de tiempo y costo, al lograr buenas edificaciones sin los enormes desperdicios que hoy se producen de espacios y materiales.


Lo fundamental es realizar en los diversos elementos integrantes de una obra, sistemas de piezas tipificadas, intercambiables y de fácil manejo, fabricadas en el material más adecuado a cada función; sistemas que aprovechen los continuos adelantos de la tecnología nacional e internacional, sin que por ello se limite la imaginación y producción del arquitecto.
- ARQUITECTURA DE SISTEMAS.
Si consideramos, por ejemplo, a la arquitectura social como un “sistema general”, podremos identificar como subsistemas las partes que lo componen como son: sus estudios previos, aspectos urbanos, climatológicos, conceptos arquitectónicos, procedimientos estructurales, escaleras, muros, instalaciones, mobiliario, etcétera. Y si junto con ello sistematizamos los diseños y los espacios, obtendremos la armonía en el conjunto, que es la obra arquitectónica, con gran calidad y en altos niveles productivos.

Lograríamos una armonía, al integrar las resultantes de cada uno de los subsistemas. Así se reforzarán las estrategias aplicadas en el desarrollo de una obra, donde los elementos y las reglas que se establezcan en su proceso presentarán armonía y excelentes resultados.
6.- USO RACIONAL DE LOS MATERIALES
Aunque hasta la fecha no se le da la importancia que le pertenece, es básico utilizar con honestidad y lógica las características de cada uno de los materiales usados en la edificación, en función de del que debe ser el destino de cada uno de ellos.


Con frecuencia nos encontramos con acabados que no cumplen con el cometido que debía de tener, por su aplicación en lugares que no son los adecuados para su uso. Estructuras donde se ha aplicado mal el diseño, con lo que los materiales usados no satisfacen las necesidades que deben cumplir y las hacen más costosas y menos seguras; materiales de acabado que por el afán del ahorro pierden en un tiempo muy corto su durabilidad, Manguetería que pronto se deteriora por los mismos aspectos, etc.


7. ESTÉTICA EN LA ARQUITECTURA PREFABRICADA
La falta de claridad e identidad en los valores estéticos de nuestra arquitectura, nos inducen a negar el valor de la arquitectura prefabricada; no olvidemos que el talento del arquitecto será el que determine la individualización de cada obra, en la que necesariamente deberán participar los aspectos bioclimáticos y ecológicos, el uso adecuado de colores, materiales y elementos regionales, en su lugar y en su tiempo; porque la arquitectura de sistemas será integradora de la cultura y el ambiente de cada lugar. Es responsabilidad del urbanista y del arquitecto crear espacios dignos y agradables, donde el hombre pueda desarrollar sus actividades, ya que éste necesita vivir entre cosas bellas; por eso tiende a rodearse de la naturaleza y crear formas de su propia invención.


Sólo con un enfoque global y multidisciplinario, apoyado en la ciencia y la tecnología, equilibrado por la economía y coordinado por el arquitecto, llegaremos a crear el ámbito que el hombre merece con la prefabricación o industrialización de los métodos constructivos para lograr así, lo más pronto posible, que la arquitectura esté al alcance de todos los mexicanos”.